Sacerdote nacido en Cherquenco
Volcán Llaima (foto A. Marín)
Por petición de un condiscípulo de la recordada Escuela 26 de Cherquenco, me detengo en mis tareas diarias para rememorar: personas, hechos vividos y pasados en este pequeño pueblo cordillerano, puerta de entrada al majestuoso Volcán Llaima y sus alrededores como Conguillío.
Lo primero que aflora a la memoria es que, en aquellos años idos, Cherquenco era una verdadera potencia maderera con sus innumerables aserraderos campesinos como Lleuques, Los Raulíes, Los Pinos, Venecia, San Luis, El Infierno, Alcázar y otros cuyos nombres no recuerdo.
Todo ese auge maderero le daba al pueblo un sello distintivo, especialmente al sector comercial que era muy floreciente. Era de mucho colorido ver a muchas mamás, luciendo sus mejores galas y atuendos multicolores, llegar al pueblo por trámites de salud, a la única posta de primeros auxilios que existía y que atendía el Sr. Salort. Era también común, en ciertos días, ver muchos hombres de piel curtida por el duro sol, viento, nieve y trabajo, que se permitían cierto relajo alrededor de unas copas de tinto o blanco.
Pero creo que lo más interesante y notorio era el bullicio de los trabajos que se realizaban en las barracas de Bima, Korach y Duhart, donde muchísimas personas elaboraban los bloques de madera que llegaban del campo, produciendo listones para forros y piso, palmetas y otras maderas dimensionadas.
Lo que siempre causaba algún temor era el toque de las sirenas de estas barracas, sobre todo fuera de horario de entrada o salida de las faenas. Es que los bomberos no disponían de sirena y los incendios se avisaban con estos toques.
Conocí muy de cerca la Industria Bima, donde trabajaba mi padre y donde yo mismo, cumplí tareas de ayudante de bodeguero con el jefe, Sr, Mario Carvajal.
Para su tiempo, en que lo social, sindical y laboral era tan distinto, es de destacar la organización de los trabajadores que estaban asociados en un sindicato que por muchos años dirigió el vecino Santiago Pantoja.
Esta organización del año 1945, se destacó ya en ese entonces, entre otras cosas por:
1,. La organización y mantenimiento de una biblioteca que prestaba libros a domicilio.
2,. Mantener un economato con venta de comestibles a precios algo algo más bajos que el comercio.
3.-La organización de campeonatos de fútbol donde participaban las diferentes secciones como: choferes, empleados, trabajadores, etc. Famoso era el campeonato del mes de octubre en la cancha cercana al recinto Bima
Trabajadores de Bima en 1949,
En general se vivía un ambiente muy de familia entre los habitantes del pueblo. Todos nos conocíamos y practicamente nos veíamos a diario.
Otro detalle curioso era la convivencia alegre, fraternal, de los estudiantes en sus barrios, que estudiaban en las tres escuelas: Fiscal de Hombres, Fiscal de Mujeres y en la Misional de Mujeres. Allá por el año 1953 se juntaron las dos escuelas fiscales en un nuevo edificio en la calle Japón y la Misional se abrió a los varones.
Padre José Domingo Ibáñez
Gracias Padre Domingo. Esperamos más recuerdos
ResponderEliminarmuy lindo el blog, es bueno saber como era la vida antes en el pueblo, ya que por lo que veo ha cambiado mucho...
ResponderEliminarExcelente, buena información. Felicitaciones espero que siga..... saludos
ResponderEliminarHola, felicitaciones por tu blog, sin querer llegue a el, y es maravilloso leer cosas sobre la historia de cherquenco. Mi familia materna vivió toda su vida ahí. al leer tu blog en especial lo que escribiste sobre calle constitución, me trago hermosos recuerdos sobre mi infancia, ahi aun esta ubicada la casa de mi familia, frente a la plaza. Cambien recordé cuando iba a comprar junto a mi abuelo don roque aroca a la verduleria de la señora luchita, o el negocio de don julio ramos, aun voy cuando voy de paseo paso a saludarlo.
ResponderEliminarsaludos muy bueno lo que escribiste sobre tan hermoso lugar.
saludos.