Mi objetivo principal es establecer nexos y destacar a la gente y su vida en los paisajes de Cherquenco, hermoso lugar de la Araucanía chilena.
jueves, 11 de junio de 2015
LA CALLE DEPORTES
LA FAMOSA CALLE DEPORTES
La calle Deportes de Cherquenco, que hoy la señalética llama Sport queda al lado norte del pueblo perpendicular a Constitución. El nombre parece tener su origen en que en los años de 1940 existieron por ahí un par de canchas de tenis, aunque hay otras versiones que dicen que estas canchas estaban al otro lado de la línea ferrea, lado sur del pueblo, por ahí por la "Bombilla".
Era una calle chiquita de no más de cien metros que terminaba en un cerco de tablas que marcaba el límite del pueblo con el Fundo Santa Carolina o Las Minas como también se le conocía.
Vivíamos ahí ocho familias, todos amigos de siempre. No había paso de vehículos. Esto la hacía una calle perfecta para que los hijos varones nos pasáramos todo el día jugando a la pelota y rompiéramos un poco la tranquilidad y de vez en cuando algún vidrio..
Hubo tres espacios públicos en esta calle la Capilla Evangélica Baustista, El Hotel Español y una pequeña barraca llamada "El Piojo" que fabricaba palos de escoba, puntales para viñas, palos de 2X2 pulgadas de espesor por 1.5 metros de longitud llamados rodrigones, tablas para cajones y algún pedido especial.
Los días de culto en la Iglesia Evangélica Bautista que estaba al fondo había bastante circulación de personas. En el verano en la Iglesia había actividades para los niños.
Por el lado Poniente vivían las familias Villablanca Quezada, Marìn Andrade, Morales Muñoz, Peña y Cárdenas Peña . Al frente vivían los Ocares Acuña, los Zambrano Molinet y los Gostín Pérez.
En los buenos tiempos, década del 1930 a 1950 funcionó aquí el Hotel España de don Angel Gostín, el primero que hubo en el pueblo y posteriormente en el mismo lugar un Club Social, atendido por don Humberto Cifuentes y que tuvo corta vida.
Pero, por lo que más recuerdo mi calle es por las pichangas de fútbol. Pocas familias pero con hartos cabros chicos y como jugábamos todo el día éramos buenos para la pelota. Le dábamos la tolola a todas las demàs callles. La calle Japón era nuestra casera y la calle del Bajo nos hacía un poco más de collera recuerdo. Jugábamos los Morales, los Cárdenas, los Zambrano y los Marín,
puros crack.
Había un par de tablas falsas en el cerco que se corrían para pasar a la cancha de fútbol antes que la escuela estuviera en calle Japón y que los muchachos también corríamos para ir a robar manzanas a la quinta del fundo donde don Alamiro López nos corría a gritos y con los perros, claro que más que nada por hacernos pasar susto.
Hoy 2014 todo, o casi todo ha cambiado. Nuevas gentes, nuevas casas. Se mantiene la Capilla Evangélica con nuevo edificio.
miércoles, 10 de junio de 2015
MARÍA ALICIA VILLEGAS ESPARZA.
MARIA ALICIA VILLEGAS ESPARZA
MAVE
"¿ Les gustan la historias de terror ? Bueno. Si es así, les puedo contar lo que pasaba en la noche en aquel pueblito misterioso de punta de rieles. Resulta que a menudo por las noches la locomotora a carbón de piedra, hierro fundido, negra como una noche de invierno, comenzaba a hacer sonar su silbato poniéndose en marcha: chiqui-chiqui-chaca-chaca, ¡uuuuuuu!. ¡Todo el pueblo se despertaba asustado! Acababa el ruido y se volvían a dormir. ¡Nadie se atrevía a salir a ver lo que pasaba!" (fragmento cuento La Locomotora Fantasma).
Así escribe María Villegas E., dando vuelo a su imaginación, en un cuento que transcurre en su querido y recordado Cherquenco.
Pero quién es María Villegas E. que nos interesa presentar en este blog.
María nació en Cherquenco, a mediados del siglo pasado. Pasó su infancia entre el fundo donde vivían sus padres Luis Villegas y señora, a orillas del Río Calbuco cerca de Los Lleuques, y la casa de su abuelo Armando Villegas en calle Constitución en Cherquenco, frente a la estación de ferrocarriles. Ahí seguramente se empezó a tejer este cuento La Locomotora Fantasma, aparecido en el sitio de internet Hilvanando palabras en Google.
Dice ella: " ...mi salida del pueblo fue a los diez años de edad, cuando mis abuelos Armando Villegas y Edelina Fuentealba, quienes me criaron, emigraron a Santiago en el año 1963. Allí realicé mis estudios primarios y secundarios. Me casé y viajamos con mi esposo y dos niños pequeños a Argentina, luego del golpe militar de 1973 que enlutó a nuestro país. No radicamos en la provincia de San Miguel de Tucumán. Echamos raíces en Tucumán y tuvimos dos hijos más en esta hermosa tierra que nos cobijó con los brazos abiertos y, que a pesar de las vicisitudes o adversidades de la vida, siempre nos abrigó el sol de la esperanza"......"nunca cortamos el vínculo con nuestro país natal, es así que comencé a publicar en el año 2004".
Con sus padres al momento de casarse.
Principales publicaciones:
- Entre Copihues y Ceibos, Poesía bicultural que hermana a los dos países.
- La Soya Fuente Alimenticia, Recetas básicas de preparación de
alimentos con poroto soya..
- El Árbol y la Cruz,
Poesía espiritual en agradecimiento a Jesús,
quien siempre sostuvo nuestras vidas.
- El Amor de los espinos, Poesía romántica.
- El Pasado Visto por mis Ojos, Antología Narrativa en el
Bicentenario, relatos, autobiografía,
cuentos, etc.
- Villa Poeta, Narrativa, cuentos, fábulas. 2014 Argentina
-Gaviota Herida, Poesía romántica, 2014 Argentina.
María desarrolla un fructífero trabajo literario en Tucumán, como talleres para niños y adolescentes, visitas a escuelas y colegios. Ha sido enviada cuatro veces a Ferias del libro en Buenos Aires por el Departamento de Cultura de Tucumán, formando parte del stand de Tucumán en dichas ferias.
En una feria en provincia de Tucumán
AHORA LEAMOS A MARÍA
Para qué Recordar
(de El amor y los Espinos)
Caminando entre las rocas y la playa
recorriendo tu amor y tu figura
me encuentro tan triste y solitaria
como niño sin su madre y su ternura.
Como cielo, como mar, como balada
que destruye y desgarra en su canción.
Somos sol y somos luna entrelazada
en el árbol que sin frutos se quedó.
¡Para qué recordar lo que ayer fuimos!
Dos ilusos, dos creyentes del amor.
fueron tantas las promesas que dijimos,
en la playa, frente al mar que las borró.
Hoy he vuelto con el alma ilusionada
quiero verte y encontrarme con tu amor
con tus besos, tus caricias, tus miradas,
con tu risa, las gaviotas y con el sol.
Está el mar. está la brisa y su fragancia,
pero nada vuelve a ser como ayer fue.
Te esfumaste o te hundiste en la distancia
¡Durmiéndote en los suelos del ayer!
Yo te busco entre la gente que disfruta
del otoño, del paisaje y del amor.
Me pregunto ¿ cuál de todas fue tu ruta ?
¡Ingrata y paralela a la mía sin razón!
Callejuelas de mi Puerto sin fronteras
que ayer nos vieran felices con aquél,
que esfumose cual la sangre de mis venas
que cortara con destreza cual cincel.
¡No creas que me muero en mi delirio!
Solo quiero una vez más volverte a ver
y decirte que mi vida fue un martirio
¡Desde el día que me dejaste de querer!
El Árbol de la Cruz
(de El Árbol de la Cruz)
Yo soy el árbol gigante,fuerte, alto y vigoroso
y en mi ramaje frondoso, mil avecillas crié;
vi crecer las amapolas con su color tan hermoso,
bajo mi sombra en verano las ilusiones guardé.
Fui creciendo poco a poco hasta llegar a ser roble
fui limando asperezas, las de la vida del hombre.
Vi pasar al Rey de Reyes predicando el evangelio
siguiéndole las turbas y ÉL en medio de ellos.
Yo soy el árbol gigante que cobijo a los esclavos
que cobijo a los mendigos y los seres despreciados.
Y con el pasar de los años y con el correr del tiempo
fui viviendo ternuras y fui escuchando lamentos.
¡Me fui haciendo grande y por ende resistente!
Me segaron los romanos...¡Me sentí tan impotente!
Me arrancaron de la tierra.¡Qué dolor impenitente!
De mi vida de árbol fuerte, pasé a leño, simplemente.
Y grande fue mi desdicha cuando me hicieron maderos
y formaron una Cruz para matar al Cordero.
¡Yo fui testigo de todo! ¡ Taladraron en mí su cuerpo!
¡Sentí gemidos de angustia al oscurecerse el cielo!
Así termina la historia del árbol que utilizaron
como la Cruz del Calvario.¡ Donde a Jesús lo mataron!
Y cuando al final Jesucristo, dio los últimos suspiros
¡Dije un adiós en mi mudo acento de leño vivo!
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