jueves, 27 de agosto de 2009

CALLE CONSTITUCION.


La Calle Constitución fue siempre la principal de Cherquenco porque es su entrada natural, es pasada obigada al sector cordillerano, porque es la calle con más densidad de población y era la calle más comercial del pueblo hasta hace unos años.

Hasta mil novecientos setenta era una calle de ripio con mucho barro en el invierno y mucha tierra en el verano, pero hermosa así nevada. Lo que no me gusta es su nombre y esos árboles feos que tiene y que siempre, como en todas partes, los mutilan. Debería llamarse Avenida Las Araucarias y estar flanqueada en todo su largo de estos hermosos árboles.

La vereda norte de la calle por allá por mil novecientos cuarenta estaba cubierta de tablones en su tramo de mayor movimiento, desde Mendoza hasta Covadonga, igual que en los pueblos de las películas de vaqueros había postes para amarrar los caballos. Tenía también muchas cantinas, el correo y telégrafo, los carabineros y algunos "malos" que después de una buena juerga donde Cotemalla o Mataco salían a correr sus caballos haciendo disparos al aire en la apacible noche cherquenquina. Muchos se acordarán todavía del "Mono Fuentes", de D. Valdés, de E. García del "Loco Hidalgo. Toda gente buena que se daba sus gustitos...

La principal característica de esta calle era la existencia de muchos locales comerciales. Señal de que en el pueblo corría dinero.

Si pudiéramos volver en el tiempo y hacemos un recorrido por esta calle y las calles adyacentes de Oriente a Poniente nos encontraríamos con estos negocios:

1- Luis González, venta de abarrotes y expendio de alcoholes.
2.- Familia Pérez, expendio de cervezas.
3.- Rolando Marchant y la Sra. Sara, restaurante, verdurería, cantina, abarrotes.
4,. Jorge Jiménez, mecánico, eléctrico e inventor de cualquier cosa.
5.- Familia Castillo, abarrotes otros.
6.- Hermanas Acuña, modistas
7.- Enrique Cantero, fábrica de zapatos y reparadora.
8.- Malki Aceitún, géneros y confecciones.
9.- Familia Mendoza, Pensión Mendoza
10.-Ramón Marín, Emporio El Gallo.
11.-Familia Pavez, venta de alcoholes
12.-Mahomed Mustafá, tienda
13.-Tito Cancino, carnicería y almacén
14.- Zapatería de Don Segundo Parada
15.-Antonio Riadi, géneros, confecciones, lanas, hilos.
16.-Familia Astete , almacén. (mamá de Pablo Astete)
17.-Celindo Cantero, peluquería barbería y expendio de alcoholes.
18-Bichara Riadi, Tienda y Almacén La Paloma
19.-Luchita Riffo, frutas y verduras
20.-Ide Quezada, quiosco de frutas y verduras.
21.-Familia Astete Ramos, almacén
22.-Luis Villarroel, Restaurante
23.-Yosuki Kuramochi, almacén
24.- María y Aurora Riadi, tienda
25.-Anibal San Martín, botica y almacén.
26.-Rubén Muñoz, Hotel y Restaurant Llaima y panadería
27.-Lupercio Muñoz, venta de cervezas y bebidas
28.-Angel Gostín, Hotel España y Tienda La Española
29.-Angel Marín, Tienda y Almacén La Gloria.
30.-Florencio Villablanca, Tienda y Almacén.
31.-Apolonio Zambrano, frutas y verduras
32.-José Larenas, carnicería y almacén
33.-Familia Miño, Compañía de Teléfonos.
34.-Un falte que vendía ropa usada.
35.-Humberto Cifuentes, Hotel Central y expendio de alcoholes.
36.-Elcira Lara y Selim Mustafá, tienda y Almacén
37.-Forentino Sáez, expendio de alcohol.
38.-Armando Villegas, carnicería.
39.-Alguna "casa de niñas" de cuyo nombre no me acuerdo...

Además aquí por el lado de Constitución funcionaban la Oficina de Distrito Municipal, dirigida por don Jorge Ellis, Los Carabineros, Juzgado de Policia Local, Registro Civil, Correos y Telégrafos, Cancha de Fútbol, Cancha de carreras a caballo y Cuerpo de Bomberos.

Era una calle con mucho movimiento, sobretodo los días sábados que eran días de pago en las industrias.

También era muy pintoresca en las grandes fiestas del dieciocho y para fin de año, llegaban de no sé donde vendedores callejeros vendiendo escarapelas, banderitas y escudos de lata para la solapa o el ojal del vestón, y mil chucherías más. No faltaba el organillero con un canario, loro o mono que sacaba la suerte en un papelito, los chinchineros, algodoneros de azúcar, las gitanas viendo la suerte y vendiendo la paila de cobre, don Apolonio y sus ricos helados, en fin mil cosas.

Las ramadas, el desfile, los juegos y competencias del dieciocho de septiembre se hacían en la cancha de fútbol y en la esquina de calle Japón y en la cancha misma todo era un jolgorio variopinto.

Por la cuneta de la vereda sur ,corría un canal con agua para llenar los estanques de los bomberos y usar en caso de incendio. También a ese costado estaban los quioscos de venta de frutas y verduras.

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